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"I have art, nature and poetry, if that's not enough, what is?" - Vincent Van Gogh

lunes, 18 de octubre de 2010

El primer día siempre es el mejor


El primer día, cuando la ilusión no duele, solo dibuja y sigue manchando su ropa de negro; sientiéndose una artista, cuando no lo es. El primer día la felicidad era a medias, pero era felicidad y eso era todo lo que importaba. El primer día te vi y no pude evitar volver a mirarte y pensar que eso sería lo último que haría con respecto a ti. Casi no pensar, de hecho, sólo ver el reloj y soñar con estar durmiendo. Días después vi tu cuello, era lo único que podía ver, y me enamoró. Tu camiseta tie-dye me recordó a una que yo tenía y hace mucho que no la había vuelto a usar. Te vi mirarme un par de veces, yo pensé que mirabas la pared detrás de mi, y en cada uno de tus descuidos yo volvía a mirar tu cuello.


Todo sabia tanto a ilusión, a nada, ni siquiera a una pizca de futuro.


De pronto lo que no existía comenzó a crecer de una forma loca. Se sentía como esas veces en que sabes que no te mereces tanto, pero todo es tuyo y no se lo darías a nadie. Se sentía tan bien soñar, creer en la casualidad, en el destino y en el resto de cosas que no existen. Se sentía bien escuchar mi nombre salir de ti y aun mejor, ver una sonrisa salir de ti. Como me gustan tus sonrisas. Se sentía tan bien tenerte cerca. Todo era tan superficial y tan bello, tan inesperado, tan afortunado. La felicidad dejaba de ser común.


Pasa que las casualidades sólo pasan dos veces y se van cuando te vuelven dependiente...


Tus silencios, tus rostros sin expresión, y tus pasos de música estridente, le quitaron eventualmente la lírica a mi satisfacción. Pensé que todo era culpa del sentimiento de enfermedad que sentía al verte, que se sentía tan bien, pero era tan difícil de discimular. Me di cuenta que no era culpa mia al final, que después de tantas veces de haber hecho todo mal, por fin estaba aprendiendo. Secretamente sabía que tanta felicidad no llevaba a nada bueno, pero ahi estaba yo, haciéndolo todo otra vez, y tú, de lejos, mirando de reojo, mezclándote con el diseño de la pared... Esta vez yo tenia razón.


El clima juega conmigo, me deja con las ganas de verte empapado en los días de lluvia, los días en que tu apareces cuando el cielo ya despejó. Me di cuenta que el sol no podía llegar a nuestra mesa porque así lo elegimos. Nunca más te vi con la camiseta tie-dye, y aún espero poder volver a enamorarme de tu cuello. Lo espero todos los días. No espero cruzarme contigo, no fuerzo nada, así no funcionamos.  No sé a donde lleva todo esto, no sé el final del primer día, no lo puedo imaginar, la razón no me deja, pero cuando pase será como todo lo demás: pura casualidad.