Te he visto tantas veces recostado en un campo de flores amarillas, golpeando el suelo con la palma de tu mano, esperando que el espacio a tu costado se llene conmigo. Yo pensandome Van Gogh a tu lado, sientiendome una artista que gasta su vida en un cuadro, y tu haciendomelo creer.
Aveces todo es tan real, a veces son solo flores amarillas.
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palabras entrecortadas y cuerdas rotas